Los ingenios flotantes que costaron 18.000 euros en el canal de Arriola no evitan nuevas muertes de animales por decenas

Amasijo de ocho nuevos cadáveres de animales en un aliviadero del Canal de Arriola la semana pasada.

Carlos J. Domínguez

En sólo tres días de la pasada semana, los tres últimos del mes de abril, un total de ocho animales silvestres de gran tamaño han sido víctimas por ahogamiento, por hipotermia y en todo caso con graves sufrimientos en el Canal de Arriola, el amplio canal de riego del entorno del río Porma en la provincia de León. Se trata de una situación que evidencia que están haciendo aguas, que no funciona, la única solución implementada por la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD): dos rudimentarias plataformas flotantes con un coste de apenas 18.000 euros, instaladas el pasado verano de 2024, para intentar frenar esta constante trampa mortal que lleva años.

De esta práctica inoperancia de los ingenios flotantes ya había advertido el Partido Animalista Pacma en febrero, es decir, incluso mucho antes de que arrancara la mayor actividad de la temporada de riego esta primavera. Así lo confirman ahora nuevas pruebas gráficas de alta mortandad conocidas por ILEÓN, testimonios directos y la imagen que ilustra la información, con un nuevo amasijo de cuerpos sobre todo de corzos acumulados en uno de los aliviaderos del canal.

Cuando en junio del pasado año el organismo de cuenca, dependiente del Ministerio de Transición Ecológica, admitió que otras soluciones como rampas laterales en algunos puntos del Canal de Arriola no estaban sirviendo para nada, puso la única expectativa a corto y medio plazo en estos nuevos dispositivos móviles flotantes sobre el cauce del agua del canal, admitiendo también que se trataba de ingenios experimentales.

Estos dispositivos instalados constaban de tres partes diferenciadas, así explicadas de manera oficial: un elemento flotante, una rampa de evacuación desde el agua y un conjunto de elementos de naturalización y conducción de la fauna. No dejaban de ser unos bidones de plástico que sostenían unas maderas adosadas en su parte superior y todo ello disimulado con un césped artificial en la superficie, como se aprecia en las fotografías.

Pacma ya documentó hace tres meses, a falta de que empezara lo peor, con mucho más caudal y mucho más gélido, que animales como corzos, jabalíes, zorros y otras especies seguían siendo víctimas de la falta de soluciones durante los últimos años.

Hay que recordar que tanto la CHD y el Ministerio como la Junta de Castilla y León llevan esos años discutiendo sobre sus respectivas responsabilidades por estas muertes masivas y, además, ocultando deliberadamente la estadística oficial de mortandad en este canal de 32 kilómetros de extensión, la mayor parte de los cuales ni siquiera se ha vallado.

Tuvo que producirse un duro informe del Procurador del Común -figura del 'defensor del pueblo' de Castilla y León- para que ambas administraciones se vieran obligadas a contestar: fue entonces cuando trascendió que al menos 140 animales habían muerto en horribles condiciones en tan sólo dos años, sin que ninguna de las dos administraciones adoptaran medidas eficientes e inmediatas para impedirlo.

Incluso antes de rechazar la posible inversión valorada en algún momento de un millón de euros y confiar ya en última instancia en la posible efectividad de los dos ingenios flotantes experimentales, Confederación y por lo tanto el Ministerio ya admitía que no iban a adoptar más medidas. Tan sólo se relegó una solución más amplia a medio plazo, como muy pronto en 2027, a través de las obras de modernización del riego en esta zona, el Alto Porma, que según sus cálculos dejaría en desuso 21 de los 32 kilómetros actuales del Canal de Arriola, al soterrarse parte de las canalizaciones. Y así, el vallado restante sólo costaría unos 200.000 euros.

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