Carta abierta: la transición (in)justa que enterró El Bierzo

Soy uno de los trabajadores de las Auxiliares que durante más de tres décadas se jugó la salud y la vida en las calderas, silos y cintas de carbón de la central térmica de Compostilla, en El Bierzo. Como tantos otros compañeros y compañeras de esta comarca leonesa, fui despedido sin alternativa, sin una segunda oportunidad y sin una transición que merezca tal nombre. Llevo cuatro años en el paro. Y lo peor: sin respuestas ni futuro.
Por eso escribo esta carta. Para denunciar una “Transición Justa” que ha sido todo menos justa. Y para señalar, con nombres y datos, a los responsables de una estafa política y social de dimensiones históricas.
Desde el cierre de las centrales de Compostilla y Anllares, se ha vendido una narrativa oficial repleta de promesas, cifras optimistas y supuestos nuevos empleos. En la última Comisión de Seguimiento del Acuerdo por una Transición Justa, celebrada recientemente, el secretario de Estado de Energía, Joan Groizard, y la directora general de Trabajo, María Nieves González, hablaron de “incrementos del 100%” en empleos compensatorios en lugares como Cubillos del Sil. Citaron la creación de 313 nuevos puestos frente a los 159 originales. Pero aquí, en tierra, esa cifra es humo. Es titular sin contenido.
El único proyecto tangible en marcha en El Bierzo es la planta de reciclaje de baterías en El Bayo, que prevé crear 49 empleos directos. Eso es todo. Nada que ver con los cientos de trabajadores que nos vimos fuera del sistema, muchos con más de 50 años, sin formación reciclable en sectores tecnológicos y absolutamente ignorados por las políticas activas de empleo.
En Páramo del Sil, la situación es directamente insultante: apenas tres empleos se han estimado como “compensación” a la pérdida de la central de Anllares. ¿En serio consideran eso una transición justa?
Además, la Comisión encargada de velar por los Acuerdos del Carbón lleva más de 14 meses sin reunirse, incumpliendo el compromiso de reuniones semestrales. Mientras tanto, se nos llena la boca de cifras globales: más de 6.000 millones de euros en proyectos tractores, más de 2.200 empleos duraderos... pero en El Bierzo, la inversión llega con cuentagotas y los empleos prometidos no alcanzan ni al 10% de los despedidos.
Teresa Ribera y la actual Sara Aagesen Muñoz, ministras para la Transición Ecológica, son responsables directas de esta situación. Como lo son las empresas que durante décadas explotaron nuestros recursos y ahora lavan su imagen con renovables: Endesa, Naturgy, Iberdrola... Todas han apostado por megaparques eólicos y solares en nuestras tierras, pero sin contar con nuestra gente.
Lo que vivimos en El Bierzo no es una transición, es una reconversión salvaje. Como la de los años 80, pero sin protesta masiva ni alternativa real. Nos vendieron una “transformación verde”, pero ha sido un desmantelamiento en toda regla. Nos quitaron la industria sin ofrecernos nada estable a cambio.
A quien lea estas líneas, desde un despacho en Madrid o en alguna sede empresarial: recuerden que debajo de cada número que presentan en rueda de prensa hay personas, familias, vidas en suspenso. Y a quienes gobiernan, les exijo: rectifiquen, escuchen, inviertan en serio. Y, sobre todo, no nos mientan más.
Porque si esto es lo que ustedes llaman “Transición Justa”, permítanme decirlo claro: es una traición.