Nuria García Campos, psicóloga empresarial: “Hoy mucha gente en León se rebela contra el discurso pesimista”

Nuria García Campos es psicóloga empresarial.

César Fernández

“Hoy ya escucho muy poco discurso de queja”, dice la psicóloga empresarial leonesa Nuria García Campos, con una perspectiva laboral de más de 30 años en una provincia que tuvo que afrontar el proceso de “duelo” por el carbón con el convencimiento de que ya está preparada para aprovechar nuevas oportunidades. Licenciada en Psicología, con experiencia en Recursos Humanos, en contacto con la Universidad de León a través de cursos de extensión universitaria y vicepresidenta de Asele (Asociación de Mujeres Empresarias y Directivas de León), reconoce como un problema la gestión del estrés y concluye: “Tu vida de trabajo es la mitad de tu vida despierto. No puedes creer que si estás mal en el trabajo vas a poder vivir bien, porque eso no es realista”

¿Qué estado de salud detecta en las empresas con las que tiene contacto en la provincia de León?

En mi experiencia con mis clientes, yo ya escucho muy poco discurso de queja. Hay muchas empresas en León a las que les está yendo muy bien: empresas del sector biofarma o del sector tecnológico. Además, muchas de ellas están comprometidas con la provincia, apuestan por León y por aprovechar el talento de aquí. Yo, que también doy formación en la Universidad de León, veo que hay mucho talento y gente que se está formando muy bien. Yo me dediqué en el pasado durante muchos años a la selección de personas. Hoy en día el problema para la empresa no es hacer la selección, sino hacer captación. El verdadero desafío es conseguir trabajadores muy cualificados. Y tener aquí una universidad que consigue dar buena formación es muy importante para muchas empresas.

En esa primera toma de contacto con las empresas, ¿hay problemas que resultan recurrentes?

Ahora mismo hay una circunstancia preocupante, no exclusiva de la provincia, que es cómo se gestiona el estrés: el riesgo de tener demasiadas bajas relacionadas con el estrés. La sanidad no consigue dar solución rápida a algunos problemas. Y a mí me trasladan que hay muchas bajas que no les permiten seguir la actividad de manera normal, sobre todo en empresas más pequeñas, que tienen más dificultades para compensarlas con otros trabajadores. Nuestra vida genera mucho estrés. Y eso afecta aunque León sea una ciudad más fácil para vivir, donde la calidad de vida es muy buena y que soportamos mucho menos estrés de lo que soportan en grandes ciudades.

Hay un contexto general, el de un mundo sometido a incertidumbres; y uno local, el de una provincia sometida a indicadores económicos y demográficos que sitúan a veces a León a la cola en algunas estadísticas. ¿Cómo influye eso en las empresas? ¿Disuade a emprender o puede ser incluso un acicate para hacerlo?

Siempre hemos tenido en León ese pequeño o gran complejo de inferioridad, ese discurso que se instaló de que en León no hay nada. Estamos en un momento en el que hay mucha gente que ha dado como un zapatazo y ha dicho: en León hay cosas que no tenemos, pero hay otras muchas que sí. Necesitamos cambiar el discurso, empezar a poner nuestra atención en todo lo que sí tenemos y aprovecharlo. Hay mucha gente que está apostando por eso y rebelándose contra el discurso pesimista, quizás también relacionado con esa aceptación de que nadie nos va a resolver la situación que nosotros tenemos; tenemos que resolverla nosotros. Y tenemos muchas oportunidades. La provincia ha estado muy castigada durante estos años como consecuencia de la desaparición no sólo de la minería, sino de todas las empresas auxiliares relacionadas con la minería. La población ha estado esperando durante mucho tiempo a que le dieran soluciones y ojalá estemos en ese momento en el que la población haya decidido que merece la pena quedarse aquí y aprovechar las oportunidades. Creo que también hay muchos jóvenes que pueden empezar a verlo así.

¿Y para ello hace falta todavía un cambio de mentalidad? Hace unos días el fotoperiodista Mauricio Peña decía que si la provincia de León se repoblara con gente llegada del norte de Europa, sería una potencia mundial.

Sí, y además ahí yo creo que los medios de comunicación, que tenéis tanto poder de influencia en la población, ayudaríais mucho si comenzaseis a trasladar el discurso de poner en valor lo que sí hay. La gente al final es muy influenciable. El cerebro humano nos boicotea mucho porque está buscando siempre amenazas y le cuesta cambiar esa dinámica y empezar a ver oportunidades. Necesita que lo reeduques para verlas. Los medios de comunicación podrían hacer esa labor social. Sería estupendo.

La población ha estado esperando durante mucho tiempo a que le dieran soluciones y ojalá estemos en ese momento en el que haya decidido que merece la pena quedarse aquí y aprovechar las oportunidades

Nuria García Campos Psicóloga empresarial

También podemos darle la vuelta a la tortilla con el testimonio reciente de un antiguo trabajador de plantillas de empresas auxiliares de Compostilla II a los que se les anunció una Transición Justa que no acaba de llegar. ¿Puede ahí cundir el desánimo?

Yo también he vivido situaciones en las que pensé que ya mi vida profesional estaba resuelta y después un cambio legislativo y un cambio de políticas de la administración lo echó todo abajo. Tuve que reinventarme, emprendí y ahora mismo estoy muy contenta con mi situación. Pero yo entiendo que te rebeles porque tenías unas expectativas que no se están cumpliendo. Y ante eso podemos seguir quedándonos en ese discurso de 'por qué' o decir 'esto es lo que hay y cómo lo soluciono'.

Ahora que una de las soluciones que se ofrece es la vía del emprendimiento, ¿cómo tendría que cambiar la mentalidad de una persona que lleva décadas siendo asalariado para atreverse a emprender? ¿Qué claves se podrían manejar para cambiar el chip?

Algo que puede ayudar es mostrarles oportunidades, cosas que sí se podrían hacer, ayudarles a verlas. Yo entiendo que tras una vida siendo asalariado y creyendo que tu futuro estaba garantizado quieras seguir haciendo eso, que es lo que conoces. Pero hay gente muy talentosa que es capaz de detectar muchas oportunidades. Compartir ese capital intelectual estaría bien. De hecho, por ejemplo, nosotros sabemos que en León tenemos sectores que son muy poderosos como el sector biofarma. Ayudar a la gente a conocer qué servicios auxiliares se le podrían dar a ese sector, a mí se me ocurre que podría ser una oportunidad. Porque luego son empresas que apuestan por León y por la economía circular. Y si pueden encontrar esos servicios en su entorno, los van a preferir. Lo que pasa es que alguien que trabajaba en Compostilla igual no conoce esa realidad. Y eso es lo que habría que enseñar.

¿Puede existir también una barrera en la edad: personas que se quedan en el paro cerca o pasados ya los 60 años de edad, están haciendo cálculos ya sobre su jubilación y tratan de encontrar un empleo para cerrar su vida laboral?

También es aceptable. Si encuentras un empleo que sustituya al que tienes, que te permite vivir como quieres vivir, de aquí a tu jubilación, me parece aceptable. Pero que también sepas que existen otras posibilidades. Y luego hay personas que tienen más interés por el emprendimiento y otras que tienen menos. Pero siempre hay un porcentaje de gente que no le importaría emprender si encontrara un negocio que pudiera funcionar. El emprendimiento es muy difícil en España porque no estamos educados en ello y, además, es verdad que no es fácil.

Nosotros sabemos que en León tenemos sectores que son muy poderosos como el sector biofarma. Ayudar a la gente a conocer qué servicios auxiliares se le podría dar a ese sector, a mí se me ocurre que podría ser una oportunidad

Nuria García Campos Psicóloga empresarial

¿Se sigue encontrando quien dice que la única salida es hacer las maletas y marchar de la provincia de León hacia una gran ciudad?

Sí, pero es que también la vida en la gran ciudad es muy complicada. Tu vida en la gran ciudad va a tener una calidad peor que la que tienes aquí. Probablemente, a no ser que encuentres un superempleo en el que ganes una cantidad muy importante de dinero, con una cantidad básica vas a vivir mucho peor que aquí.

Va a participar en La Pola de Gordón el jueves 22 de mayo en una jornada de emprendimiento para fortalecer la economía rural. ¿Cuál es el mensaje que va a trasladar?

Fundamentalmente vamos a trabajar con actividades para crear comunidad: redes de contacto y redes de apoyo, de cooperación. Algo muy importante para que todo esto salga adelante es que nos apoyemos unos a otros. Si en León cooperáramos más unos con otros y nos apoyáramos en lugar de competir, estoy convencida de que los resultados serían mucho mejores. Vamos a trabajar en ver las ventajas de la cooperación y en ver que, incluso dedicándonos a la misma actividad, va a ser mucho más beneficioso para nosotros cooperar que competir. Hay mucho talento y muy buenas ideas. Necesitamos mejorar la confianza en nosotros mismos.

Con más de treinta años de experiencia, ¿cómo ha cambiado el panorama del tejido empresarial en la provincia de León cuando, por ejemplo, se ha ido produciendo una incorporación de la mujer a puestos directivos?

Yo formo parte de la directiva de Asele (Asociación de Mujeres Empresarias y Directivas de León) desde su formación hace seis años. Las mujeres empresarias y directivas de León decidimos unirnos e intentar poner el nombre de León y de su actividad socioeconómica en el mapa. Desde nuestra perspectiva como mujeres que también queremos aportar a la economía y a la sociedad leonesa, tanto en la ciudad como en la provincia. Las mujeres serían muy importantes para fijar población. Dar solución a la problemática que tienen las mujeres en el entorno rural podría ser algo muy importante. Y estamos muy abiertas a escuchar, incluso a emprender.

¿Qué ha implicado esa incorporación en el día a día del trabajo en las empresas?

El cambio más positivo que yo he observado de cuando empecé en el año 1992 a hoy es que en estos momentos lo que llamamos la sororidad, el apoyo que nos damos las mujeres unas a las otras, ha avanzado muchísimo. Y es lo que más me gusta en este momento de lo que nos pasa a nosotras. Hay muchas cosas en las que todavía tenemos que mejorar, pero hay algo muy bueno y es que nosotras hemos empezado a apoyarnos unas a otras. Algo que no sucedía hace 30 años.

¿Y ese ha sido un proceso gradual o es un proceso que se ha acelerado en los últimos años?

Nosotras ahora hemos dejado de competir tanto entre nosotras para empezar a apoyarnos y a valorarnos más unas a las otras. Ya no hablo sólo de valorarte a ti misma, sino de valorar el trabajo que hacen otras mujeres de tu entorno, que era algo que antes nos costaba ver. Estábamos educadas en la competición. Nosotras competíamos mucho unas con las otras y yo lo observaba.

¿Y hablamos de empresarias, de emprendedoras, y también de trabajadoras?

Sí, trabajadoras también. Por ejemplo, yo en aquella época era muy joven. Había mucho empresario paternalista que intentaba echarte una mano. También es verdad que las mujeres eran muchas menos en esos puestos de responsabilidad. Hubo momentos en los que encontrarte una mujer en un puesto de responsabilidad lo podías evaluar incluso como una amenaza. Hoy no. Hoy yo lo veo como una oportunidad. Las mujeres hemos empezado a apoyarnos más unas a otras, a valorarnos. Y creo que eso es una de las mejores cosas que yo he vivido como mujer, profesionalmente.

¿Y cuál es la repercusión en los resultados de una empresa del hecho de que haya más mujeres al mando o en puestos directivos?

Aparte de mi consideración, los estudios muestran que cuando los equipos de trabajo están formados por hombres y mujeres, cuando hay mujeres en esos lugares, los resultados son mucho mejores. Y se trabaja en equipo mucho mejor. Eso a mí me da orgullo. También nosotras tenemos una manera de evaluar la información o de procesarla que a veces nos ayuda a ser más intuitivas. Y eso, desde el punto de vista empresarial, también es una ventaja. Y, combinado con otras cualidades que tienen los hombres, potencia los resultados.

Hubo momentos en los que encontrarte una mujer en un puesto de responsabilidad lo podías evaluar incluso como una amenaza. Hoy no. Hoy yo lo veo como una oportunidad. Las mujeres hemos empezado a apoyarnos más unas a otras, a valorarnos

Nuria García Campos Psicóloga empresarial

¿Hoy ha cambiado también la mentalidad del empresario hombre?

Sí, yo creo que sí. La incorporación de empresarios más jóvenes ha llevado consigo un cambio de mentalidad: que ya son capaces de ver lo que aportamos desde una perspectiva de igualdad diferente, claro que sí. Incluso que se dan cuenta del valor que eso le proporciona a su empresa.

Habla del fin de la minería como un largo proceso de duelo. ¿Estaría ya la provincia en la fase de la reconstrucción?

A mí me gustaría pensar que sí. Han pasado casi dos décadas. Vamos aceptando que hay que encontrar soluciones. Aunque la minería cerró, dejó en buenas condiciones económicas a un porcentaje muy grande de la población. Y eso fue muy bueno para los que tenían esas jubilaciones o esos incentivos tan importantes. Pero también paralizó la actividad económica. Hoy ya estamos en otro momento. Las personas que están tienen que encontrar soluciones. Internet y la IA nos abren al mundo. Ya no hay que buscar oportunidades únicamente en tu localidad, sino que las oportunidades pueden estar en cualquier parte del mundo y tú seguir viviendo en un sitio en el que se vive tan bien como León o la provincia. Los jóvenes de hoy están creciendo ya en este caldo de cultivo. Y creo que lo van a aprovechar. Lo que vive la gente del norte de Europa y lo que vivimos hoy nosotros ya está más igualado, ya no es tan diferente. Porque la globalización ha tenido cosas que nos han perjudicado, pero también nos ha dado muchas oportunidades. Entonces, una persona que nazca hoy en Laciana o en La Pola de Gordón puede estar abierta al mundo igual que alguien que nazca en otro lugar.

Eso también es un gran cambio con respecto al pasado.

No tiene nada que ver con cómo eran las cosas hace 25 años, son muy diferentes en todo lo que tiene que ver con las habilidades o con la forma humanista de ver las empresas. Hace 30 años era muy difícil explicar los beneficios de cuidar a los trabajadores. Y hoy eso está aceptado por la mayoría de las empresas. Las personas estamos tomando una relevancia especial.

Y ya en clave personal, cuando empezamos hablando del estrés, ¿hasta qué punto condiciona lo que sucede en el trabajo para la vida diaria de cada uno?

Yo creo que totalmente. Tu vida de trabajo es la mitad de tu vida despierto. No puedes creer que si estás mal en el trabajo vas a poder vivir bien, porque eso no es realista. Porque si tú te sientes ansioso porque tienes que volver al trabajo, al final esa mitad del trabajo que estás en tu casa tampoco la estás disfrutando, porque estás anticipando que vas a tener que volver a trabajar. Pero cada vez son más los empresarios que quieren dar a sus trabajadores herramientas para trabajar mejor y para vivir mejor. Que les preocupan las personas, de verdad. Que saben que si sus trabajadores están bien, sus resultados son mejores y sus relaciones con sus clientes también. Al final esto no son variables o características independientes que no se relacionan unas con las otras. Aquí todo está interrelacionado.

Dice que el objetivo último sería que las personas fueran “felices trabajando”. ¿Eso se está consiguiendo?

Creo que trabajar es muy enriquecedor y puede ser algo que haga que tu vida sea mejor. Encontrar un trabajo, una manera de llevar adelante el trabajo que te haga feliz, es una de las mejores cosas que te pueden pasar en la vida. Seguramente, tu vida fuera del trabajo también será mucho más feliz. 

Etiquetas
stats
OSZAR »