Estupor por tener que elegir Religión Católica, idioma o Cultura Científica al mismo nivel en Castilla y León

En la última lectiva del curso escolar llega el momento de tomar decisiones importantes en la formación de los alumnos y alumnas y designar la configuración académica de las diferentes ramas que, al término de Secundaria, deben afrontar pensando ya en sus estudios superiores.
Los institutos de Castilla y León han ido comunicando en los últimos días todas esas amplias opciones, las cuales deberán elegir entre un amplio abanico de alternativas para determinar la configuración, las asignaturas concretas, que deberán cursar en los próximos dos años de Bachillerato.
En algunos casos, a raíz de una normativa autonómica que entró en vigor el último curso lectivo, en el año 2024, no pocas familias han reaccionado con estupor al encontrarse con que la asignatura de Religión Católica aparece como una optativa, como por otro lado establece la Ley nacional en vigor. Pero para más inri, no lo hace como una opción entre Religión y una alternativa laica u horas libres, como sí ocurre en algunas autonomías vecinas: En Castilla y León se equipara esa asignatura con otras de carácter netamente académico, tales como Cultura Científica, segunda lengua extranjera o Tecnologías de la Información y la Comunicación. Es decir, que un alumno debe elegir si en Bachillerato cursa cualquiera de estas o la de Religión Católica, siendo excluyentes entre sí.
Además, el resultado académico que se obtenga de estas optativas, si bien no computa después para conformar la nota media de Bachillerato y después de la PAU (Prueba de Acceso a la Universidad, antigua Ebau y antes Selectividad), en el caso de que el alumno se decante por estudios universitarios, sí se podría tener en cuenta para otros estudios de grado superior, por ejemplo de Formación Profesional. Algo que está siendo también motivo de crítica.
Una decisión bajo el pacto de Gobierno de PP y Vox
Esta polémica equiparación de la asignatura de Religión Católica con otras netamente académicas fue fijada por la Consejería de Educación del Gobierno autonómico de la Junta de Castilla y León en septiembre del año 2022, es decir, recién estrenada la coalición del Partido Popular (PP) con Vox en la Comunidad. Fue en esa fecha cuando vio la luz el decreto 40/2022 por el que se establece la ordenación y el currículo del Bachillerato en Castilla y León.

El decreto detalla que la modalidad de Artes por la vía de Artes Plásticas, Imagen y Diseño, que regula el artículo 15 del decreto, la Religión Católica se conforma como opción junto a las asignaturas de Segunda Lengua Extranjera y Tecnologías de la Información y la Comunicación. Lo mismo ocurre en la modalidad de Bachillerato de Artes por la vía de Música y Artes Escénicas.
Pero aún es mayor la equiparación en el caso del Bachillerato de la modalidad de Ciencias y Tecnología: Aunque con ese nombre, la Religión Católica, que no ninguna otra religión, compite en igualdad de condiciones como optativa única con la asignatura de Cultura Científica, con la de Tecnologías de la Información y la Comunicación y también con dos alternativas de segunda lengua extranjera, por ejemplo francés o alemán. Y lo mismo ocurre con la modalidad general de Bachillerato o con la de Humanidades y Ciencias Sociales. Y es que, como reza la norma en el artículo 21, “las enseñanzas de religión se conforman como una materia optativa de todas las modalidades”.
En otro punto de la norma, al hablar de Historia del Arte, se dice que “materias como Cultura Clásica o Religión son esenciales para contribuir al conocimiento de la iconografía y simbología, mientras que otras como Filosofía permite entender los cambios en la sensibilidad artística de una época”.
Un mapa autonómico de lo más variado
Esta polémica equiparación no es exclusiva de Castilla y León, pero casi. Tan sólo se replica de manera muy similar, y con el mismo peso específico de la Religión Católica, en la normativa educativa de la Comunidad de Andalucía, también gobernada por el PP. Aunque todas las comunidades están obligadas a ofertar la asignatura eclesiástica como materia específica de elección voluntaria, en estas dos autonomías se las sitúa en el mismo plano y con la misma intensidad semanal que otras optativas de carácter académico, como Cultura Científica o Lengua Extranjera.
Este enfoque contrasta con el adoptado por otras autonomías donde Religión se oferta como materia optativa, pero fuera del grupo de optativas con peso académico. Tales son los casos, por ejemplo, de Madrid o Galicia, también gobernadas por el PP, o Cataluña. En estos casos, aunque está disponible, no compite directamente con asignaturas científicas o lingüísticas, y en muchos centros se le asigna un carácter marginal, con baja carga horaria y escasa relevancia curricular. Más aún se produce en otras como Asturias o Cantabria, donde su presencia se ha reducido exclusivamente a 1.º de Bachillerato, eliminándola por completo en 2.º curso. En la última la única opción a Religión Católica son, de hecho, dos horas libres.