La leonesa que drogó con burundanga a siete personas para robarles y apostar online se enfrenta a 16 años de cárcel

La acusada de drogar a siete personas para robarles dinero que después apostaba online, entrando al cajero con una víctima.

Redacción ILEÓN

La leonesa que drogó con escopolamina, conocida popularmente como burundanga, hasta a siete personas para robarles y apostar online se enfrenta a 16 años y medio de cárcel. La Audiencia Provincial de León juzga desde el lunes 19 al viernes 23 de mayo a la mujer, acusada de cometer una decena de delitos de estafa, estafa continuada, lesiones y robo con violencia, por los que la Fiscalía le pide una condena de prisión superior a los dieciséis años, devolver lo robado, que asciende a una cantidad cercana a los 220.000 euros, y a indemnizar a sus víctimas por los daños de salud que les ocasionó el envenenamiento con la sustancia estupefaciente.

Según se recoge en el escrito de acusación del Ministerio Fiscal, la mujer, mayor de edad y sin antecedentes, inició su afición al juego online en torno a septiembre del año 2016. Una afición que fue aumentando con el transcurso del tiempo, llegando a gastar importantes sumas de dinero. Incluso llegó a simular que padecía cáncer y que necesitaba dinero para sufragar un tratamiento médico, para que gente de su entorno cercano le dieran un dinero que después ella se gastaba en apuestas en internet. Entre los años 2017 y 2019, estafó a varias personas de su entorno más cercano, familiares y amigos.

Algunos, sabedores de su afición al juego online, primero le hacían llegar dinero con el fin de financiar la actividad y, por consiguiente, participar de las ganancias. Según consta en el escrito de Fiscalía, le hicieron llegar de manera voluntaria hasta 207.800 euros. A lo largo del año 2017, esta les hizo creer que obtenía elevadas ganancias, de millones de euros, y les exigía más dinero o cumplir con ciertas condiciones para generar expectativas y seguir obteniendo financiación para continuar jugando.

La mentira llegó hasta finales de ese año cuando uno de sus financiadores dejó de confiar en ella y empezó a exigirle todo el dinero que le había dado. A partir de ese momento y teniendo en cuenta que no tenía el dinero, la acusada compró escopolamina, se la suministró sin su conocimiento, anulando su voluntad, y obteniendo para ella un beneficio patrimonial.

En febrero del 2018, engañó a otra persona para que la acompañase a comprar un coche, sin tener intención de adquirir ningún vehículo. Aprovechando una parada para tomar un café, le suministró la droga. La víctima se empezó a sentir tan mal que terminó en el Hospital de León, necesitó sedación, estuvo en la UCI y después en planta durante espacio de dos semanas. La acusada aprovechó su hospitalización para robarle los 20 euros que llevaba en la cartera.

A partir de esa primera acción con la escopolamina, a la Fiscalía le constan otros tres envenenamientos en los meses sucesivos, uno en marzo, otro en abril y otro en mayo.

Un tiempo después, el 26 de octubre, sobre las 7.30 horas, fue a ver a la hermana de su pareja a casa, le pidió el teléfono móvil, lo manipuló simulando que la víctima recibía un mensaje de su padre pidiéndole que sacara todo el dinero de una cuenta corriente para ingresarlo en otro banco. La chica acudió al cajero con la acusada, sacó 9.000 euros, mientras tomaban un café la acusada la drogó y le robó el dinero y simuló que se lo había gastado ella misma comprando un viaje.

A principios del 2019, el 2 de enero, fue su última actuación. Quedó en un bar con una amiga, le echó la droga en la bebida y la acompañó al cajero donde sacó 100 euros, con la excusa de ir de compras después. La víctima se sintió mal y tuvo que ir al hospital y aprovechó para robarle los 230 euros en total que tenía en efectivo, las tarjetas y se hizo dos transferencias de 600 euros cada una a su cuenta.

Apenas dos días después, era detenida, puesta a disposición judicial y entraba en prisión provisional el 5 de enero, donde permaneció hasta el 2 de abril. La Guardia Civil de León y el Juzgado de Instrucción número 2 de León denominaron la investigación de los hechos como Operación Black. De los siete envenenamientos de personas, que además cercanas a la acusada, tres de ellos resultaron muy graves y en uno se llegó a temer por la vida de una de las víctimas.

Por estos hechos, la Fiscalía le imputa una decena de delitos de estafa, estafa continuada, lesiones y robo con violencia, por los que le pide una condena de 16 años y medio de cárcel, una multa de 9 meses con una cuota diaria de 10 euros, con 135 días de responsabilidad personal subsidiaria en caso de impago, las costas del procedimiento judicial, devolver todo lo robado e indemnizar a sus víctimas con entre 320 y 1.580 euros por los daños de salud de distinta consideración que les ocasionó.

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